El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha aceptado la denuncia presentada por los abogados brasileños Rafael Valim y Walfrido Warde, que acusan a la justicia portuguesa de practicar el racismo y el «colonialismo» contra la el ex banquero luso-angoleño Álvaro Sobrinho. La información fue publicada por el periodista Jamil Chade, de UOL.
La noticia es celebrada por los abogados Rafael Valim y Walfrido Warde, ya que cerca del 98% de las denuncias que llegan al Tribunal Europeo de Derechos Humanos son declaradas inadmisibles. La demanda, vale la pena señalar, estaba compuesta por ex jueces del tribunal europeo.
Conocido
como el «Proceso Negro», el caso que involucra al exbanquero se ha prolongado durante más de 13 años y es famoso en Portugal. Uno de los mayores empresarios del país, el luso-angoleño tiene inversiones en empresas gigantescas, como YooMee Africa y Hotspur Geothermal en el Reino Unido, así como en un banco de inversión en Mauricio.
Álvaro Sobrinho también tiene inversiones inmobiliarias en Alemania y Suiza, así como varios proyectos en su país natal. A pesar de su riqueza, desde 2010, el multimillonario angoleño vive con acusaciones de abuso de confianza, lavado de dinero y asociación criminal.
Su mayor problema en los tribunales ocurrió cuando era presidente ejecutivo del Banco Espírito Santo Angola (Besa). Sobrinho está acusado de haber malversado fondos del fondo después de que el banco «quebrara» en Portugal. Más que eso, los fiscales suizos afirman que el ex banquero transfirió 400 millones de dólares a las arcas suizas en vísperas del colapso del banco.
En Portugal, Sobrinho se complicó con el proceso. Más de 11 años después del proceso, en 2022, el Tribunal Central de Instrucción Penal de Lisboa determinó una pena récord: el pago de una fianza de 6 millones de euros. Además, al angoleño se le prohibió salir del país, teniendo que presentarse ante las autoridades portuguesas cada seis meses.
Acusación de racismo y colonialismo
Según el informe de UOL, los abogados Rafael Valim y Walfrido Warde acusan a la justicia portuguesa de racismo porque Sobrinho es el único que sufre medidas coercitivas en un proceso que involucra a otros acusados. todos los demás son blancos.
En los documentos, los abogados brasileños también argumentan que el padre de Sobrinho era un líder nacionalista en Angola. Por último, la defensa también alega que la confiscación de los pasaportes del angoleño es una práctica de «piratería», ya que la justicia portuguesa no tendría este derecho.
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