Científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) han conseguido, a través de un superordenador, producir una ilustración en vídeo que muestra cómo sería la experiencia de bucear y flotar y un agujero negro.
El material explica varias versiones de una misma situación y trata de trasladar conceptos extremadamente complejos de la física al campo visual. Compruébalo:
video es más que una simple simulación: fue creado en base a cálculos específicos de un artículo aclamado en la comunidad científica. La simulación apunta a un agujero negro supermasivo, como el que se encuentra en el centro de nuestra galaxia.
La cámara, que simula al astronauta, fue colocada a unos 640 millones de kilómetros (400 millones de millas) del agujero negro, que tiene unos 40 millones de millas de ancho. A medida que se acerca, el disco caliente de polvo y gas que se arremolina alrededor del agujero negro comienza a alargarse y a brillar cada vez más.
El efecto es similar al sonido de un coche de carreras que, al acercarse, se amplifica en función de su velocidad.
Luego, la supercomputadora toma el control, y las estrellas, el disco de polvo y una banda de anillos de fotones comienzan a deformarse.
Dado que las
leyes de la relatividad general no se aplican a un agujero negro, es difícil predecir lo que le sucedería a un cuerpo al entrar en ese «entorno». Sin embargo, investigaciones recientes ya pueden apuntar a lo que sucedería con la luz.
«La gente eventualmente pregunta sobre [cómo sería caer en un agujero negro], y simular estos procesos difíciles de imaginar me ayuda a conectar las matemáticas de la relatividad con las consecuencias reales en el universo», dice Jeremy Schnittman, astrofísico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, quien creó las visualizaciones.
«Así que simulé dos escenarios diferentes, uno en el que una cámara, en lugar de un astronauta, simplemente pierde el horizonte de sucesos y es propulsado hacia afuera, y otro en el que el objeto cruza la frontera y sella su destino», dice el astrofísico.
El proyecto generó alrededor de 10 TB de datos y tardó unos 5 días en completarse, lo que llevaría una década en una computadora normal.
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