Rosemeire da Silva decidió seguir un camino inusual en una profesión dominada por los hombres: el mundo de los electricistas. A los 57 años, su trayectoria empezó modestamente, trabajando en el montaje de placas eléctricas y secadores de pelo. Sin embargo, su ambición y su afán de conocimiento la llevaron más allá de los límites convencionales.
Hoy, Rosemeire trabaja en APS Soluções, montando cuadros eléctricos. Su carrera está marcada por una curiosidad incesante por aprender y un compromiso de desafiarse a sí misma continuamente. Lo que empezó como una simple curiosidad se ha convertido en su profesión, demostrando su resistencia y determinación.
«Siempre veía a mis compañeros trabajar y sentía curiosidad. Hasta que un día pedí una oportunidad para aprender. Cuando vieron que podía hacerlo, empecé a trabajar en este segmento. Yo lo hice al revés: empecé en prácticas y luego me matriculé en un curso de electricista», dice Rosemeire, que trabaja en APS con siete compañeros varones.
En un entorno en el que es la única mujer del equipo, Rosemeire se enfrenta a retos únicos, pero su habilidad y competencia hablan por sí solas. Actualmente está estudiando para ser electricista, buscando mejorar aún más sus habilidades y conocimientos técnicos.
En el día a día, se enorgullece de tener libertad y sentirse segura en el lugar de trabajo. «Ser mujer no disminuye mi capacidad. Es un reto y he aprendido a adoptar una postura», afirma.
Actualmente está finalizando su curso de instaladora electricista, en el que hasta hace poco era la única mujer de la clase de 22 alumnos. A continuación, hará el curso de mandos, lo que le garantizará una formación completa. En casa, todas las reparaciones eléctricas las hace ella misma, y no contrata a terceros. En su tiempo libre, Rosemeire encuentra placer en el arte de la cocina, dedicándose a los fogones con pasión y creatividad. Además, su serie favorita, «This is Us», quizás refleja su propio camino de superación y crecimiento personal, inspirándola a seguir adelante, incluso cuando los retos a veces parecen insuperables.
¿Y las manos de las mujeres marcan la diferencia? Rosemeire asegura que sí. «Un detalle en el acabado nos diferencia», concluye.
Inclusión del talento femenino
En pleno periodo de crecimiento constante, APS refuerza su plantilla con especial atención a la inclusión del talento femenino en áreas clave de la compañía. Con varias reestructuraciones y la internalización de procedimientos, la empresa ha abierto sus puertas a profesionales cualificados del mercado, dando prioridad a las mujeres con una fuerte alineación cultural. Las recientes contrataciones se han producido en diversas áreas estratégicas, como finanzas y contabilidad, compras, recursos humanos, ventas y electrificación. Rosemeire es una representante femenina en la línea de producción en el puesto de montadora de equipos. Además, se han producido avances significativos en la presencia de mujeres en puestos de liderazgo, como demuestra la llegada de una nueva responsable en el área de Tesorería. Además de dar prioridad a la diversidad de género en puestos anteriormente ocupados por empleados masculinos, APS se compromete a promover el desarrollo profesional y personal de sus empleados. «El compromiso de la empresa se refleja en diversos incentivos, como becas de graduación, formación especializada y acciones internas dirigidas al crecimiento y la capacitación», afirma Luís Dearo, presidente de APS.
