Aunque haya habido avances significativos en las últimas décadas, la desigualdad de género sigue existiendo y el machismo permanece arraigado en muchos aspectos de la sociedad. Con la llegada del Mes de la Mujer, Gleeden -la mayor plataforma mundial de citas no monógamas- organizó una encuesta para conocer la opinión de sus usuarios brasileños sobre el tema de la «infidelidad». Y los resultados indican que los hombres son más fácilmente perdonados, mientras que las mujeres terminan siendo «condenadas» por la sociedad.
Según la encuesta, el 52% de los entrevistados dijo que «la infidelidad es parte de la naturaleza de los hombres» y sólo el 2% que «es parte de la naturaleza de las mujeres». El otro 48 por ciento dijo que «está en la naturaleza de ambos sexos».
«La diferente forma en que se ve la infidelidad femenina puede verse como un reflejo de cómo se ven en nuestra sociedad tantos otros aspectos que involucran a los géneros», dice Silvia Rubies, directora de Comunicación y Marketing de Gleeden para América Latina. «Los datos llaman la atención porque no evalúan si la infidelidad es correcta o no, pero sí muestran que los hombres son más comprensivos a la hora de buscar placer fuera de la relación», agrega.
Motivos que llevan a las mujeres a la infidelidad
La encuesta también señala que el 28% de las mujeres comete infidelidad por «falta de atención de su pareja», mientras que otro 32% lo hace para «volver a sentirse sexy y deseada». «Esto se debe a que la mayoría de los usuarios de la plataforma buscan afecto y placer. Es decir, pueden estar satisfechas con varios aspectos de la relación, pero no con el sexo, el placer sexual», apunta Silvia.
Otros datos curiosos muestran que, para el 56% de las entrevistadas, «la infidelidad me hace sentir más fuerte como mujer»; el 32% afirma que «me han juzgado por mi forma de vivir sexualmente»; y el 60%, que «me siento empoderada sexualmente». La mayoría absoluta (92%), sin embargo, está de acuerdo en que «hay más tabúes en torno a la sexualidad femenina que a la masculina».
«Aunque ha habido un progreso constante, las mujeres brasileñas, por desgracia, todavía están lejos de tener los mismos derechos que los hombres y están muy subyugadas cuando se trata de la infidelidad. Esta investigación muestra que, al mismo tiempo que buscan sentirse deseadas, ven el sexo extramatrimonial como una forma de empoderamiento, libertad, ruptura de tabúes y búsqueda de igualdad», concluye Silvia Rubies.
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