A sus 52 años, Elinay Santos trabaja desde hace 20 años en una agroindustria de São Roque (SP), Verdureira, donde es jefa de producción. Sin embargo, cuando se incorporó a la empresa especializada en ensaladas y verduras listas para el consumo, Nay (como la llaman sus compañeros) no era la jefa; empezó como ayudante general. Al principio, trabajaba en el departamento de corte de verduras, que es el primer paso en la producción de ensaladas gourmet. Lavando, seleccionando, probando… paso a paso, Nay fue ascendiendo hasta llegar al puesto más alto de la fábrica, todo ello con el apoyo de la empresa, que tiene esencia femenina.
Verdureira fue fundada por dos mujeres en 1995 como la primera empresa brasileña en ofrecer ensaladas higienizadas listas para el consumo. En la fábrica, el 100% del equipo estaba formado por mujeres y, hoy en día, siguen siendo el 90% de la plantilla y ocupan diversos puestos de liderazgo. «Antes de entrar en Verdureira, solía oír que donde hay muchas mujeres, hay mucha envidia, cotilleo y competencia. No hay nada de eso. Tenemos un ambiente sano, mucho compañerismo, una siempre ayuda a la otra. Cuando una mujer se olvida de traer el almuerzo, ese es el día que más come, porque todas se empeñan en compartir el suyo. Es un lugar acogedor, donde me siento segura, y por eso me identifiqué con la empresa desde el principio», dice Nay.
Hija de comerciantes del mercado, Nay tenía el sueño de ir a la universidad, «era un proyecto que se mantenía en secreto porque no encontraba la oportunidad de realizarlo», dice. Hoy es nutricionista, un título que se ganó después de que un jefe de Verdureira le dijera: debido a la carga de trabajo en la fábrica, no había tiempo para estudiar. «Durante la universidad, pude salir antes del trabajo para asistir a clase y también recibí ayuda económica para pagar la matrícula, un incentivo que nunca olvidaré. He realizado mi sueño y veo que he crecido junto con la empresa», celebra.
Piensa jubilarse en Verdureira, como Ana Lúcia Gomes, o Doña Ana, como la conocen en la fábrica. Entró en la empresa en 1997 y ha seguido toda la historia y el crecimiento del negocio -desde los cuatro únicos tipos de verduras que se utilizaban para hacer las ensaladas gourmet hasta su transformación en una agroindustria, la primera en aplicar la hidroponía flotante a gran escala en el país- y es un punto de referencia para todas las personas que trabajan allí.
Dona Ana también empezó trabajando en el corte de verduras y ahora es la líder de producción y especialista en verduras de la fábrica. Se jubilará este año, cuando cumpla 62 años. Cuando se le pregunta por qué lleva tanto tiempo en la empresa, no duda: «por las amistades que he hecho y el cariño de los jefes; trabajando aquí crié a mis cuatro hijos». Mientras Verdureira tiene esta larga historia con Doña Ana, otras trayectorias comienzan en la empresa. Para Thais Pantoja, de hecho, encontrar a Verdureira fue empezar de cero. A pesar de su sólida experiencia en marketing y emprendimiento, su miedo a no ser aceptada o a «no dar la talla» provenía del mismo lugar que el de tantas otras mujeres: el hecho de haber sido madre.
«A menudo, las mujeres nos vemos obligadas a elegir entre ser madres y profesionales, como si no pudiéramos ser las dos cosas a la vez. Con un bebé de sólo siete meses, sinceramente no sabía cómo iba a manejar la situación una nueva empresa. Me llevé una grata sorpresa cuando Verdureira me contrató y me acogió como madre, sin dudar de mi capacidad», dice Thais, actual directora de marketing de Verdureira.
Nay, la Sra. Ana, Thais y Flávia son cuatro de las muchas mujeres que forman parte de la historia de Verdureira. Operando en una granja periurbana, a menos de 60 kilómetros de la capital paulista, la agroindustria entrega sus productos a los mercados en las 24 horas siguientes a la cosecha, manteniendo los alimentos frescos y reduciendo el desperdicio.
En la actualidad, Verdureira cuenta con tres líneas de productos, Insalata Prima (hojas), Cucina Prima (verduras) y Ver O Verde (ensaladas), y abastece a 300 establecimientos de São Paulo, Campinas, Ribeirão Preto y sus regiones metropolitanas. En 2022, Baraúna Investimentos invirtió 10,3 millones de reales en la empresa. En el último año, ha visto crecer su facturación en un 50%.
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