El periódico Folha de São y el periodista Green Grenwald, de The Intercept — la entidad responsable de hacer público el llamado Vaza-Jato, hackeo de mensajes dentro de la operación Lava Jato — están «bombeando» las noticias con algo que puede ser, al menos potencialmente, un evento relevante que involucre al ministro Alexandre de Moraes.
Tanto Glen como Folha trajeron el contenido, todavía parcial, de un volumen considerable de datos e informaciones, sobre la actuación de Moraes, digamos, poco republicana con el TSE.
Objetivamente y según el propio titular de Folha, «Moraes utilizó el TSE fuera del rito para investigar a los bolsonaristas en el Supremo Tribunal» y el mismo periódico también enmendó: «es como si Moraes escribiera: en base a las pruebas recogidas por mí y por mí mismo ya recriminado de inmediato, decido». Glen tuiteó contenido muy similar.
Moraes habría utilizado todo el sistema del TSE para investigar a Bolsonaro y presentar pruebas en su contra. Una pregunta obvia que surge en este tipo de situaciones es: ¿esto conducirá a algo? Bueno, como dice el refrán popular, cualquier cosa puede pasar, incluso nada.
Reacción en el Congreso
, pero… el caso es que ayer, 13 de agosto, Los congresistas bolsonaristas declararon su intención de presentar un pedido de juicio político contra Moraes. Si en el pasado ya existía esta afirmación pero no había motivos suficientes para ello (impeachment), ahora se renueva el aliento de estos congresistas y, todo indica, la base necesaria para el pedido es aparentemente consistente: Moraes utilizó el TSE para respaldar decisiones del propio Moraes contra aliados del expresidente Jair Bolsonaro en la investigación de noticias falsas y milicias digitales. Según Folha, el ministro Moraes dijo que el TSE tiene «potestad policial» y que los informes solicitados eran «oficiales y regulares».
La actuación del ministro Moraes con el STF ha sido polémica durante mucho tiempo. Hay un creciente coro de descontento por su postura supuestamente abusiva, autoritaria y personalista. Cuando todavía era ministro del STF, Marco Aurélio Mello bautizó la investigación de las Fake News, presidida por Moraes, como la «Investigación del Fin del Mundo», precisamente por su pretensión de querer investigar todo y a todos.
La dinámica del poder, y la historia que lo rodea, muestra que cualquier personaje prominente, por poderoso que sea, está expuesto a los riesgos, al desgaste, a la fricción y a las consecuencias que se derivan de todo ello. Considerado todopoderoso por muchos, y prestigioso por sus colegas ministros de la Corte Suprema, Moraes sabe que esta situación puede cambiar y de manera desfavorable para él.
En política y en las relaciones de poder en general, la impermanencia marca la pauta. Como ya se dijo, este episodio puede desarrollarse en algunas direcciones. Uno de ellos es el vacío sin consecuencias. Otra posibilidad, sin embargo, es que haya un desgaste tan grande que Moraes se encuentre abandonado y aislado en términos de articulación política. El caso, sin embargo, está en el principio. Es necesario esperar un poco más para predecir el destino final de este embrollo.
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